El estudio cronobiológico consiste en llevar un reloj de pulsera que nos permite registrar:

• Actividad física del paciente
• Posición
• Temperatura corporal
• Luz ambiental

Se obtiene información detallada de todos estos parámetros durante 7 días completos, lo que nos permite conocer el tipo de vida, hábitos, rutinas, exposición a la luz solar y de interiores, nivel de actividad física, parámetros y horarios del sueño. Nos permite conocer el ritmo circadiano del paciente, siendo de gran utilidad para el diagnóstico preciso de todos los trastornos del ritmo circadiano (síndrome de fase retrasada del sueño, trabajadores por turnos, jet lag, etc.). De esta forma se puede decidir el mejor tratamiento según cada caso, consiguiendo la máxima eficacia.

Al proporcionarnos información de distintos días tenemos una información más amplia de la que nos pueda proporcionar el estudio de una sola noche, evitando en muchos casos la necesidad de realizar una polisomnografía. En otros casos con la realización de ambas pruebas tenemos una información complementaria muy útil para el diagnóstico.

Es una prueba diagnóstica muy sencilla de llevar a cabo, sin ningún tipo de molestia para el paciente, que puede realizar vida completamente normal. El paciente no ha de cambiar sus rutinas durante los días del estudio.

Muchas veces no somos conscientes del tipo de vida que llevamos, cuanto nos movemos, cuanta luz recibimos, regularidad o irregularidad de nuestros horarios. Con el estudio cronobiológico obtenemos datos objetivos que complementan los datos clínicos obtenidos durante la historia clínica, lo que nos da nuevas herramientas para solucionar los trastornos del sueño de nuestros pacientes.